jueves, 18 de septiembre de 2014

LA QUE HAS LIADO DAVID

Reconozcámoslo hoy puede ser un día histórico, para bien, o más probablemente para mal. Ahora mismo, los gobernantes de la mayoría de los estados europeos están conteniendo la respiración, o jurando en arameo, o ambas cosas. Todos tienen en mayor o menor medida la vista puesta en Escocia y en el referendum que está teniendo lugar, una votación de consecuencias decisivas no sólo para los escoceses sino para la inmensa mayoría de los europeos. Porque, a pesar de que el caso británico no es comparable a ninguno otro de Europa, los nacionalistas que habitan en varios estados europeos lo han convertido en un espejo en el que mirarse, y en una justificación para sus propias ambiciones.

Imagen de la diada de 2013 (Fuente Getty)
Pero vayamos por partes, decía que el caso británico no es comparable al de otros países europeos, por un lado, por su historia, Escocia e Inglaterra eran dos naciones independientes que se unieron tras la aprobación por los parlamentos escocés e inglés de la Union Act, es decir es la unión de dos estados soberanos que siempre pueden reclamar su soberanía originaria. Pero la mayor diferencia radica en que Gran Bretaña no tiene una Constitución escrita, ni una ley de rango superior que limite los poderes o la discreción del parlamento. Para que se hagan una idea, en Gran Bretaña no ha habido una declaración de derechos hasta los años noventa y aun dicha declaración es una ley ordinaria que puede ser modificada por cualquier futura mayoría parlamentaria (el propio Cameron pidió que se derogase cuando estaba en la oposición).

La razón de esta peculiaridad es que, técnicamente, la soberanía no reside en el pueblo o la nación, sino en el propio Parlamento y no se considera aceptable (desde ese punto de vista no lo es) que un parlamento limite la autoridad o potestad de otro posterior, en tanto que ambos tienen la misma legitimidad. Alguien ha calificado a Gran Bretaña como una dictadura electiva y no le faltaba razón, lo único que evita que el país se convierta en una dictadura en todos los sentidos, es su fuerte tradición democrática que ha dotado a las instituciones de vida, inercia y límites propios.

Foto oficial de David Cameron
Es decir David Cameron tenía autoridad legal, y legitimidad, para negociar la convocatoria de un referendum con Alex Salmond, el Primer Ministro de Escocia y líder del Partido Nacional Escocés, lo único que requería era que la ley fuese aprobada en el parlamento, y dado que los motivos de Cameron no eran, ni mucho menos, "puros" la aprobación resultaba fácil (el principal objetivo del referendum era perjudicar a los laboristas, que tienen un buen granero de votos en Escocia, mientras que los conservadores no ganan en los distritos escoceses ni a las chapas). Por el contrario Rajoy no tiene esa autoridad puesto que en España la soberanía reside en el pueblo español y para enajenar una parte es necesario que el todo (o su mayor parte) esté de acuerdo, no puede hacerlo una parte por las bravas (Esto no implica que la secesión sea imposible, simplemente requiere seguir unos cauces distintos).

En principio la victoria del No a la independencia estaba cantada, sin embargo la torpeza de Cameron y los conservadores, que han mantenido al margen a los laboristas (recuerden lo dicho en el párrafo anterior) y la innegable habilidad de Salmond que ha prometido (como todos los nacionalismos) que si Escocia se independiza serán más altos, más guapos, más ricos y marcarán más paquete* han modificado sensiblemente la situación.

A día de hoy la situación está igualada en las encuestas, con una ligera ventaja para el No**, en cualquier caso el resultado será: 
Foto oficial de Alex Salmond

A) Un problema para los británicos en general, pero sobre todo para los escoceses, que una convocatoria tan importante se resuelva por un puñado de votos (y todo indica que así será) solo contribuirá a polarizar la situación política escocesa y monopolizarla. Es lo que ha ocurrido en Quebec, dado que el referendum no resultó concluyente, dio lugar a un fenómeno que ha sido bautizado como "Neverendum" (de Never: nunca y End: final) Es imposible proclamar (legítimamente) la independencia con un 50,01 % de los votos. 

B) Una victoria para Salmond, ha puesto la independencia en el mapa político escocés gracias a la infinita torpeza de Cameron, no hace tanto hasta los nacionalistas escoceses asumían que era imposible dividir la isla, si el resultado del referendum es negativo, insistirán dentro de unos años.

C) Un problema grave para la mayoría de los estados europeos, en el caso escocés ya pretenden reflejarse catalanes y vascos (en mucha menor medida gallegos y canarios) en España, los bávaros en Alemania, los flamencos en Bélgica, los padanos en Italia (sin olvidarnos de los católicos en Irlanda del Norte que esa es otra), y la lista no dejará de incrementarse, especialmente si el resultado es favorable a la independencia, corsos y bretones en Francia, las minorías rusas en los estados bálticos, y mejor no hablar del "caos étnico" que es el centro y el este de Europa. En un momento de profunda crisis económica, con los populismos de izquierda y derecha haciéndose fuertes, el aumento del nacionalismo que produciría el Si en Escocia, podría provocar problemas muy graves a la Unión. Que nadie olvide que el nacionalismo provocó las dos guerras mundiales.

D) Un debilitamiento de la unión de Inglaterra con la UE, especialmente si finalmente se produjese la independencia, la mayoría de los votos proeuropeos británicos se concentran en Escocia, por lo que su separación dejaría el camino libre para que los euroescépticos sacaran a Inglaterra de la Unión una acción de consecuencias imprevisibles.

En resumen un error de Cameron en todos los sentidos, no en vano algunos medios ya se refieren a él como el peor primer ministro de la historia, desde luego en las cancillerías de Europa. es muy probable que estén de acuerdo con ese análisis. Algo me dice que el premier no es en este momento la persona más popular entre sus colegas del continente. Que gorda la has liado David.

* Vale utilizan palabras más largas, un montón de cifras y frases alambicadas, pero en esencia eso es lo que prometen.

** Otra muestra de la torpeza del gobierno británico fue su reacción ante una encuesta, sólo una, que daba una ligerísima mayoría al Sí, inmediatamente empezaron a ofrecer aumentos en el autogobierno, la financiación etc. como si les fuese la vida en ello. Cualquier persona con dos dedos de frente sabe que en una negociación no es buena idea mostrar desesperación. Y la historia demuestra que el apaciguamiento no funciona, darles más para que acepten quedarse sólo conduce a que exijan más, si lo sabremos en España.