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domingo, 23 de marzo de 2014

ADOLFO SUÁREZ Y LA DEMOCRACIA

Hace un par de días que su hijo lo anunció, previendo el circo de rumores que no tardaría en desatarse, y se acaba de confirmar. Ha muerto Adolfo Suárez, el primer presidente de nuestra democracia, el hombre que fue capaz de navegar entre las traicioneras aguas de visiones maximalistas y rencores enquistados y transformar una dictadura en una democracia homologable a las del resto de Europa en tan sólo un par de años.

Adolfo Suárez jura su cargo en presencia del Rey y del Presidente de las Cortes, Torcuato Fernández-Miranda
No estuvo sólo, sin el concurso de algunos hombres brillantes y con altura de miras como Torcuato Fernández-Miranda, autor de aquella “ley sin padre” que fue la de Reforma Política, de Santiago Carrillo, que aceptó las reglas del juego democrático y la monarquía, o del propio Rey, no hubiera sido posible.

Pero especialmente, no hubiera sido posible sin el apoyo y el concurso de la ciudadanía que interiorizó las reglas del juego democrático y se sobrepuso al miedo que los radicales, tanto en el ejército, el Bunker, ETA y las extremas Izquierda y Derecha provocaban en su intento por hacer fracasar aquel arriesgado intento democrático.

Portada de la revista TIME tras la victoria de Suárez en las primeras elecciones democráticas. El titular "España: La democracia gana" Creo que se comenta solo.
Ha muerto el padre de nuestra democracia, el hombre que viniendo de la dictadura (había sido, incluso, Ministro Secretario General del Movimiento) fue capaz de derribar el edificio construido a lo largo de cuarenta años sin que se nos cayera encima. El hombre que reconoció la legitimidad de la oposición, que contuvo a los militares, que legalizó el PCE (en plena Semana Santa, pillando a sus ministros militares tomando tranquilamente el sol), que descentralizó el Estado, etc. El presidente que puso los intereses del país por delante de los del partido (ahora ni siquiera se molestan en nombrar antes al país que al partido) que fue capaz de dimitir diciendo aquello de “no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la Historia de España”.

En cualquier otro país sería considerado el “Padre de la Patria”, en otros países tienen algunos que hicieron bastante menos, su rostro habría sido esculpido en un monte Rushmore de la Sierra (con la ventaja añadida de ser mucho más guapo que Lincoln) sin embargo en España se le racanea el reconocimiento. Hoy, el mismo día de su muerte, ya he visto en Internet comentarios despectivos, echándole en cara la situación actual de nuestro país. ¡Qué fácil es comprender la realidad cuando se ve desde una inalcanzable atalaya moral o política! ¡Qué fácil tomar decisiones cuando sabes lo que ha pasado casi cuarenta años después!
Los cuatro primeros presidentes de nuestra democracia reunidos en la Moncloa
Gobernar un país es tan difícil, que los buenos gobernantes son extraordinariamente raros. Los que además son capaces de enfrentarse a situaciones increiblemente complejas, son aún menos. Suárez fue uno de ellos. Y es obligado reconocerselo.

Gracias a él, yo nací en un país democrático, gracias a él puedo expresar mis opiniones libremente sin miedo a que el gobierno llame a mi puerta, gracias a él puedo construir mi propia vida sin imposiciones morales (aunque esa es una batalla que no ha acabado).



Por eso vaya desde este humilde rincón de la web mi apoyo y mis condolencias a sus familiares y amigos pero sobre todo mi respeto y admiración por un gran hombre, un gran político y el mejor líder que ha tenido nuestro país en más de cien años, recordando los versos de Antonio Machado con los que finalizó su intervención en defensa de la ley de Asociaciones Políticas (que le haría llamar la atención del Rey que buscaba sustituto para Arias Navarro)

Esta el hoy abierto al mañana
mañana al infinito
Hombres de España:
Ni el pasado ha muerto
ni está el mañana ni el ayer escrito



Descanse en Paz.