La
derecha ha ganado las elecciones municipales en Francia, algo
sorprendente dados sus numerosos escándalos, y comprensible dada la
incompetencia y los bandazos (otros movimientos corporales aparte) de el Presidente Hollande. Hasta ahí todo normal, más o menos. El
problema radica en que el Frente Nacional de Marine Lepen es la
tercera fuerza con un 7% de los votos.
Sarkozy y Hollande, los "tigres" del Eliseo (LaRazón) |
No es
mucho dirán. Pero deben tener en cuenta dos cosas. 1º que no se
presentaban más que en una minoría de comunas (municipios) y 2º
que en las pasadas elecciones municipales obtuvo un 1% de los votos.
Ahora diganme ¿cómo se les queda el cuerpo?
A eso
añadan el crecimiento del partido xenófobo de Geert Wilders en
Holanda, que en las últimas municipales, celebradas la semana
pasada, se presentaba en dos ciudades, ganó en Almere (ciudad
dormitorio de Amsterdam) y quedó segundo en La Haya (lugar de
residencia del Rey). Al mismo tiempo los movimientos de extrema
izquierda y extrema derecha, así como las nacionalismos, aumentan en
prácticamente toda Europa y todo parece indicar que en el próximo
parlamento Europeo la tercera fuerza serán los llamados
“euroescépticos”.
Marine Lepen (Paris Match) |
¿Cómo
es posible que la cosmopolita Francia, la progresista Holanda, que la
moderna y moderada Europa en su conjunto se enfrente a esta situación
más propia de la primera mitad del siglo XX? La explicación es
compleja y, desde luego, tiene múltiples causas, sin embargo creo
que es posible establecer una causa primordial que explica toda la
sucesión de hechos.
La
demagogia.
Seguramente
estén pensando que me refiero a la demagogia del FN o de Wilders,
pero no, esa es parte de la consecuencia. La demagogia que la causa
está en la construcción de Europa, y de los estados, basada en unos
pilares poco realistas:
- El Estado del Bienestar: se basa en la mentira, ya señalada por Bastiat, de que todos podemos vivir a costa del trabajo de otros, agravada con otras mentiras descaradas como, por ejemplo, que los servicios públicos son gratis. No lo son, en realidad son carísimos, y el coste de mantenerlos nos supone una mayor dificultad para mejorar nuestra situación económica, la nuestra y la del país. Los elevados impuestos reducen el ahorro, el consumo y la inversión y por lo tanto, impiden el progreso económico y nos empobrecen (a nosotros, no a Botín).
- El multiculturalismo: Entiéndase bien, no me refiero que haya que imponer nuestra cultura a nadie, sin embargo resulta absurdo pensar que todas las culturas pueden aportar lo mismo. No se trata de despreciarlas, se trata de que algunas soluciones son mejores que otras, sin más (no siempre son las mismas, ojo). Además el sentimiento de culpa por el pasado colonial hace que se considere progresista y moderno ser permisivo con las peculiaridades culturales (algunas inaceptables) y con la inmigración. Significa esto que la inmigración debe prohibirse, impedirse, disparar a los inmigrantes, dejar que se ahoguen o cualquier otra barbaridad semejante. NO. Ni de coña. Sin embargo hay que ser consciente de la cantidad de inmigrantes que puede aceptar, e integrar, una determinada población. Y no se ha hecho.
Resumiendo,
¿qué tenemos?: Tenemos un Estado del Bienestar insostenible, un
aumento del número de inmigrantes y un mundo que cambia muy rápido
(esto no es culpa de los políticos, que conste) además de un
incremento de la percepción de inseguridad, que no suele estar
justificado, pero que se basa en la información que facilitan los
medios de comunicación, que buscan y se regodean en las noticias más
escabrosas, ha resucitado “El Caso” y monopoliza la información.
Geert Wilders |
Ante
esta situación la gente siente miedo, y busca alguien a quien
culpar, ¿cual es el proceso mental?: Ha aumentado el número de
inmigrantes, los inmigrantes abusan de los servicios públicos y no
se comportan como buenos (franceses, holandeses, albaceteños, lo que
sea), los políticos no lo impiden. Ergo los inmigrantes son una
amenaza y los políticos unos traidores, sustituyan inmigrantes por capitalistas y obtendrán el argumentario de la extrema izquierda.
Frente
a este panorama siempre va a surgir un demagogo que anuncie el
resurgir de la nación postrada o el fin de la “vieja” política,
(cuyo paupérrimo nivel no la hace más defendible precisamente). Ese
argumento ya lo usó Mussolinni, o en los 90 Berlusconi (aunque no
sean iguales) es un argumento fácil de recordar, que llega bien a la
gente, que les convence de que no tienen la culpa de su situación,
que la culpa es de otros. En suma, que funciona.
Benito Mussolinni, el tampoco fue el primero en utilizar el recurso a la demagogia |
Por
eso tiene tanto éxito, por eso siempre hay alguien que recurre a esa
estrategia, por eso el futuro próximo en Europa no pinta nada bien.
La situación actual no es como la del periodo de entreguerras en el
siglo XX, y que llevó a varias dictaduras y una guerra mundial (aquí
civil), pero se parece demasiado como para que podamos quedarnos
tranquilos.
¿La
solución? Otro día
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