lunes, 3 de marzo de 2014

LA SITUACIÓN EN UCRANIA (2): DESPUÉS DE LA INDEPENDENCIA

Tras la proclamación de la Independencia, en 1991, la situación económica en Ucrania es incluso peor que en el resto de repúblicas ex-soviéticas, a pesar de que parecía partir de una posición mucho mejor. Comienza una durísima crisis, el PIB se desploma y se desata un proceso de hiperinflación, la tasa llego a superar el 10.000 % en diciembre del 93, lo que unido a los casos de corrupción contribuyó a la deslegitimación del sistema político y a la polarización de la ciudadanía. Por un lado, la población étnica, y lingüísticamente, ucraniana comenzaró a abogar por un acercamiento hacia la Unión Europea, que es percibida de forma similar a como se hacía en España  en los años 70 y 80,  por otro, la población etno-lingüísticamente rusa, recordemos que toda la zona oriental y sur del país fue Rusia hasta mediados del siglo XX, defiende una mayor integración política y económica con aquel país. En cualquier estado del mundo esta combinación, por si sola, es capaz de provocar una profunda crisis, pero en Ucrania el sistema político se ha visto, además, profundamente deslegitimado.

Leonid Kuchma (Reuters)
En 1994 es elegido Presidente Leonid Kuchma, antiguo comunista, procede a la reforma la Constitución, adoptando un sistema presidencialista, similar al francés, al mismo tiempo comienza a concentrar el poder en sus manos, las acusaciones de corrupción y abuso de poder se suceden y el gobierno responde a ellas recurriendo a la censura y la presión sobre periodistas y medios de comunicación críticos. El punto culminante de la campaña contra la prensa libre se produce con el asesinato en 2000 del periodista Georgiy Gongadze, la oposición acusará a Kuchma de estar involucrado en el mismo. Durante varios meses las protestas se suceden pidiendo la dimisión del Presidente. Es la campaña Ucrania sin Kuchma.

En 2002, tras cesar al entonces primer ministro, Kuchma nombra a Viktor Yanukovich (esto ya empieza a resultarnos familiar) que se convierte en candidato a la presidencia en 2004, pues Kuchma ha cumplido sus dos mandatos y no puede volver a presentarse, y si la cosa estaba mal, a partir de entonces no hace sino empeorar.

Yanukovich en la rueda de prensa en Rusia el 28/02/14 (Cordon Press)
Yanukovich gana las elecciones, pero la oposición no reconoce la victoria al considerar que el gobierno de Kuchma ha amañado el proceso. El líder opositor Viktor Yushchenko (que en un giro de los acontecimientos más propio de una película de James Bond ha sido envenenado con Dioxina tras una cena con los dirigentes de los servicios secretos) impugna los resultados, buena parte de la oposición se une tras su figura y encabeza una serie de protestas pacíficas que concluyen cuando las elecciones son anuladas por el Tribunal Supremo, por fraude. Es la Revolución Naranja.

Yushchenko antes y después del envenenamiento con Dioxina (fuente: Kiev Ucranie News Blog)
La coalición no dura, y durante la presidencia de Yushchenko se alternan en el cargo de Primer Ministro Yulia Timoshenko y el propio Yanukovich, que gana las legislativas en 2006 y las pierde en 2007 ante, lo han adivinado, Yulia Timoshenko. Dos años más tarde gana las presidenciales, ¿adivinan ante quien? Y se convierte en Presidente jurando el cargo en 2010. Por supuesto, la cosa sigue empeorando.

Yulia Timoshenko (Efe)
En lo que parece (dejémoslo así) una maniobra de vendetta política, Timoshenko es procesada y encarcelada por un supuesto delito de abuso de poder en la firma de los contratos de gas con Rusia. El precio era demasiado alto, afirma Yanukovich, y perjudicó a los intereses de Ucrania (sobre Rusia y el gas habremos de volver), el proceso es considerado ilegítimo por EEUU y la UE que exigen la liberación inmediata de Timoshenko. En un acto que demuestra a las claras la firmeza de las convicciones de los europeos, los Jefes de Estado acuerdan boicotear la Eurocopa que se iba a celebrar en Ucrania en 2012 y anuncian que no asistirán a los partidos que sus respectivas selecciones jueguen en aquel país. Para mitigar un poco acto tan salvaje y desmedido, (creo que tendría que poner los comentarios irónicos en cursiva) el presidente Rajoy, ignoró el boicot y acudió a la final, pero ojo, sólo a la final. Y ganamos.

Mañana hablaremos sobre el gas y los acuerdos comerciales, mientras tanto siéntanse libres de comentar. Un saludo

Un breve artículo en inglés sobre el asesinato de Gongadze aquí en español aquí

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